
La salud de las madres latinas siempre ha estado bajo la amenaza de un problema invisible. Expertos le aconsejan a las embarazadas cuidar su alimentación, continuar ejercitándose y tomarse sus vitaminas prenatales; pero lo que muchos omiten, es el peligro de la exposición a la contaminación y al calor extremo. Un problema que puede tener consecuencias graves para el desarrollo fetal.
Los bebés expuestos a estas condiciones en el útero corren el riesgo de tener bajo peso al nacer, un sistema inmunológico inadecuado, menor inteligencia cognitiva y diabetes gestacional, así como problemas de salud a largo plazo como asma y presión arterial alta.
La resolución 1494 “Protegiendo a las Madres Latinas del Calor Extremo y la Contaminación del Aire”, presentada por la congresista Nanette Diaz Barragán, marca un paso crucial hacia la mejora de la salud materna e infantil en nuestras comunidades. Al abordar el impacto devastador de la contaminación del aire y el calor extremo, esta medida no solo reconoce los riesgos a los que se enfrentan las madres latinas, sino que también aboga por la creación de entornos más seguros y equitativos.
Yo, personalmente, fui testigo de la falta de información y educación para las madres latinas durante mi embarazo. Entre las 20 y 21 semanas de embarazo, me diagnosticaron con preeclampsia, una condición que puede provocar daños permanentes en los órganos de una madre. En aquel momento, vivía en St. Louis, Missouri, una ciudad que recientemente fue nombrada como la 30ª más contaminada del país por contaminación de ozono. A la final, yo tuve que someterme a una cesárea a las 36 semanas de embarazo, y aunque mi hijo y yo estamos sanos, desearía haber sido advertida sobre los riesgos de las altas temperaturas y de la contaminación del aire.
Mi propia experiencia con la preeclampsia durante el embarazo subraya la urgencia de esta cuestión. A pesar de los desafíos que enfrenté, el apoyo de iniciativas como esta ofrece la esperanza de que futuras generaciones de madres e hijos latinos no solo sobrevivan, sino que prosperen en condiciones más saludables. Es imperativo que se continúe trabajando para garantizar que todas las madres tengan acceso a la información y los recursos necesarios para proteger su salud y la de sus bebés. Juntas, estas acciones pueden transformar nuestra realidad y asegurar un futuro más brillante y saludable para todos.




