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¿Cómo se ven afectadas nuestras comunidades por las fugas en gasoductos?
Una red de casi 3 millones de millas de gasoductos transporta gas natural por todos Estados Unidos. Aunque en su mayoría estén fuera de la vista, estos gasoductos (tuberías o ductos que transportan gas) atraviesan el país y están en todas partes: en nuestros vecindarios, ciudades, parques y comunidades rurales. Estos gasoductos tienen fugas que son una fuente importante de contaminación por metano, el cual contribuye al cambio climático. Si bien la industria petrolera ha utilizado el término “gas natural” durante años, refiriéndose al gas derivado de combustibles fósiles, su componente principal es el metano, un potente gas de efecto invernadero que acelera la crisis climática. Las fugas en los gasoductos alrededor del país también son preocupantes a nivel de seguridad, salud y equidad.
Las fugas de metano en estos ductos, ya sean viejos o nuevos, pueden ser causadas por condiciones climáticas adversas, perforaciones, corrosión o mal funcionamiento del equipo. El encontrar y reparar fugas en los ductos, ayuda a reducir la contaminación climática, mejora la seguridad en comunidades y ayuda a proteger la salud pública. Sin embargo, desde hace muchos años, a la industria de los oleoductos y gasoductos no se le ha responsabilizado por encontrar y reparar fugas. Se necesitan normas y un cumplimiento más estricto de ellas, para proteger a las personas de las fugas, sobre todos a las más afectadas por la contaminación proveniente de gasoductos.

Información básica sobre gasoductos
Una vez que el gas metano se extrae de la tierra, se transporta a lo largo de una cadena de suministro a través de ductos, ferrocarriles o carreteras, hasta llevarlo a los usuarios finales. Las tuberías solían estar hechas de hierro fundido o forjado, el cual puede degradarse con el tiempo. Desde la década de 1950 aproximadamente, se ha venido utilizando el acero para dichas tuberías. A partir de principios de la década de 1970, se ha utilizado plástico para las tuberías de distribución de gas. Independientemente del material, pueden producirse fugas.
A continuación se ofrece una introducción a los diferentes tipos de gasoductos:
- Los ductos de recolección transportan gas sin procesar desde las bocas de pozo o los sitios de producción, hasta las instalaciones de procesamiento o los ductos de transmisión. La red de oleoductos y gasoductos se ha expandido rápidamente a medida que ha aumentado la producción de petróleo y gas. En la actualidad hay más de 400.000 millas de ductos o tuberías de recolección en Estados Unidos, y algunas de ellas están situadas dentro de comunidades.
- Los ductos de transmisión son ductos de gran diámetro que se utilizan para transportar gas metano a larga distancia, incluso a través de fronteras estatales. Operan a alta presión y dependen de estaciones compresoras para empujar el gas a lo largo de los ductos.
- Los tubos de distribución son pequeños ductos que recorren nuestros pueblos y vecindarios para llevar el gas metano a hogares y negocios.

Los peligros de las fugas en las tuberías
El metano no sólo acelera el cambio climático de manera intensa, sino que también es explosivo, lo que lo convierte en un problema de seguridad. Los incidentes causados por fugas en tuberías pueden provocar explosiones e incendios graves y causar la muerte, lesiones y daños a propiedades.
Las fugas en ductos de recolección, los cuales transportan gas sin procesar que contiene varios componentes químicos, pueden exponer a las comunidades cercanas al metano y a otros contaminantes atmosféricos dañinos, incluyendo óxidos de nitrógeno, sulfuro de hidrógeno y compuestos orgánicos volátiles (COV), tales como el benceno. Los ductos de recolección no regulados a veces están localizados cerca de vecindarios poblados, poniendo en riesgo la salud y la seguridad de los residentes. Estos contaminantes pueden aumentar el riesgo de ciertos cánceres, provocar partos prematuros y bajo peso en recién nacidos, y empeorar problemas respiratorios como el asma.
A lo largo de todo el proceso de suministro de petróleo y gas, las fugas de metano y de sustancias tóxicas adicionales, pueden contribuir a la formación de contaminación por ozono a nivel de suelo, también conocido como smog, el cual puede agravar el asma y otras enfermedades pulmonares. La exposición al ozono también se ha relacionado con un mayor riesgo de complicaciones de salud en recién nacidos, y de ataques cardíacos. Esto hace que los que vivan cerca de los gasoductos, las personas que trabajan al aire libre, las personas embarazadas y los niños, sean particularmente susceptibles a los riesgos de salud y seguridad que representan las fugas de gas en gasoductos.

Los gasoductos y su relación con la justicia ambiental
Los gasoductos tienden a ser una carga para las comunidades de color históricamente marginadas y afectadas por otras formas de contaminación, lo que los convierte en un problema de justicia ambiental.
Un estudio de ductos de distribución de gas encontró que la densidad promedio de fugas era 37% mayor en comunidades de color, que en vecindarios predominantemente blancos. El estudio también encontró una disminución en la densidad de fugas conforme el ingreso promedio de una comunidad aumentaba. Otro estudio encontró que los condados con poblaciones más vulnerables tendían a tener una mayor densidad de ductos de recolección y transmisión de gases. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) miden la vulnerabilidad social dividiéndola en cuatro componentes: estatus socioeconómico, estatus minoritario, composición del hogar y vivienda/transporte.

Mejoramiento de la seguridad de las tuberías, y reducción de las emisiones de metano
En los Estados Unidos, las fugas en gasoductos son una fuente importante de metano y otros contaminantes dañinos, los cuales ponen en riesgo la salud y la seguridad de las personas, y al mismo tiempo contribuyen al calentamiento global. Se necesitan con urgencia normas sólidas y completas que exijan a los operadores detectar fugas en gasoductos y repararlas rápidamente. Esto incluye el rendimiento de informes transparentes por parte de los operadores, para que la Administración de Seguridad de Materiales Peligrosos y Oleoductos de EE. UU. (PHMSA) tenga acceso a información actualizada sobre las fugas en gasoductos, la reparación de fugas y la cantidad de metano emitido. El público, incluyendo los residentes en zonas afectadas, también deberían poder obtener información clara sobre el impacto de las fugas en sus vecindarios.
Las personas preocupadas pueden unirse a EcoMadres para exigir que nuestro gobierno implemente normas estrictas que apliquen a los gasoductos y reduzcan la contaminación del aire para fomentar una mejor salud para todos, especialmente para nuestros niños. La seguridad y el cambio climático no pueden esperar.
Lista completa de fuentes.
Publicado en noviembre de 2024




