La conversión de desechos plásticos en contaminación de aire
En los últimos años, los lobistas de la industria del plástico han promovido un antiguo método de incineración como si fuera una nueva forma de solucionar la crisis de la contaminación por plásticos. A dicho proceso lo llaman «reciclaje químico» y «reciclaje avanzado», aunque no es para nada «avanzado», y no se recicla absolutamente nada. La industria del plástico creó estos términos engañosos para hacerle un lavado verde a las tecnologías de incineración de plásticos. Los desechos plásticos que ingresan en las denominadas plantas de «reciclaje químico» se queman, lo que genera una contaminación de aire dañina, combustibles contaminados y cenizas tóxicas.
Con esta presentación engañosa de la incineración de plásticos como si fuera una solución respetable a favor del medio ambiente, la industria del plástico busca justificar sus planes de triplicar la producción de plásticos hacia el año 2050.
¿Qué es el «reciclaje químico»?
Por lo general, los términos «reciclaje químico» y «reciclaje avanzado» se refieren a tecnologías que buscan degradar o «descomponer» el plástico hasta llegar a sus componentes químicos básicos. La mayoría de las plantas usan los procesos llamados «pirólisis y gasificación», que queman los desechos plásticos y los convierten en contaminación de aire dañina y desechos químicos. Algunos de los productos generados por las plantas de «reciclaje químico» se queman otra vez en forma de residuos peligrosos o combustible industrial muy contaminado, liberando aún más contaminación tóxica al aire. ¡Esto no es reciclaje!
El lobby de la industria del plástico está tratando de convencer a los legisladores estatales y federales, así como a la Agencia de Protección Ambiental (EPA), de que la incineración de plásticos en las plantas de «reciclaje químico» no debería considerarse como incineración. Desea cambiar la clasificación del proceso de incineración a «fabricación» o «reciclaje», y de redefinir los desechos plásticos como «residuos no sólidos», con el fin de evadir los controles ya establecidos para la contaminación del aire. Dicha reclasificación haría que las empresas sean libres de emitir cantidades ilimitadas de contaminación dañina al aire, sin ningún tipo de tecnologías de supervisión, rendición de cuentas ni controles. Además, si se les reclasifica, muchas de estas plantas calificarían para recibir subsidios y exenciones tributarias. Hasta ahora, más de dos docenas de estados han promulgado leyes que promueven el «reciclaje químico».
¿Cuáles son los impactos de salud de la quema de plásticos?
El plástico constituye la categoría más grande de «petroquímicos». Se producen al combinar los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) con cientas de sustancias químicas tóxicas.
La incineración de plásticos genera gases que contribuyen al calentamiento climático, y genera contaminación tóxica que puede impactar la salud. Estos contaminantes incluyen dioxinas, benceno, formaldehído, material particulado y metales pesados, como mercurio y arsénico. El estar expuesto a esta contaminación aumenta el riesgo de sufrir cáncer, anomalías congénitas, daños al sistema reproductor, problemas de desarrollo, problemas cardiovasculares, insuficiencia respiratoria, desequilibrios hormonales y problemas neurológicos.
¿De qué manera perjudica el «reciclaje químico» a las comunidades vulnerables?
La mayoría de las incineradoras de «reciclaje químico» se encuentran en comunidades de color y vecindarios de bajos ingresos, que de por sí soportan una carga desproporcionada debido a otras fuentes de contaminación de aire. El cambiar las leyes para que la incineración se llame «reciclaje químico», hace que las incineradoras puedan emitir contaminación dañina sin límites en vecindarios de bajos ingresos y comunidades de color. Esto es racismo ambiental.
Además de la contaminación del aire y los residuos tóxicos, el proceso de pirólisis de los incineradores de «reciclaje químico», genera grandes cantidades de aceites contaminados que pueden ser convertidos en combustibles altamente tóxicos. Una investigación de 2023 reveló cuán peligrosos son estos combustibles en realidad: una refinería de Chevron en Pascagoula, Mississippi, fue autorizada por la EPA para usar los aceites derivados de la incineración (pirólisis) de plásticos, para convertirse en componentes de combustibles para buques y aeronaves. La contaminación del aire generada por quemar este combustible en aeronaves se estima que causaría cáncer en una de cada cuatro personas, si estuvieran expuestas de por vida. En el caso de los buques, este combustible es aún más tóxico: se estima que cada persona expuesta de por vida sufriría cáncer. El nivel de riesgo es un millón de veces mayor de lo que la EPA suele considerar aceptable para sustancias químicas nuevas, y las posibilidades de sufrir cáncer de pulmón por inhalación de esta contaminación de aire, sería seis veces mayor que por fumar durante toda una vida.
¿Qué pueden hacer la EPA y el Congreso para protegernos?
Durante casi tres décadas, la EPA ha aplicado los mismos estándares de control de contaminación a los incineradores de pirólisis y gasificación que a otros incineradores. Esto debe continuar.
Dado que estas plantas de «reciclaje químico» queman desechos plásticos, los cuales son residuos sólidos, caen dentro de la definición legal de incineradores bajo la Ley de Aire Limpio. No hay motivos para reclasificar estos incineradores.
Nos complace que en 2023 la EPA haya retirado una propuesta del año 2020, que buscaba eliminar que las normas que regulan la actividad de los incineradores federales, dejaran de aplicarse a las plantas incineradoras. Ahora exigimos a la EPA que tome las siguientes medidas lógicas: que ratifique que los incineradores de «reciclaje químico» de pirólisis y gasificación en efecto son incineradores, y que comience a aplicar las normas de la Ley de Aire Limpio a las plantas que no cumplan con ellas.
Además, la EPA y el Congreso no deben aceptar la falsa distinción entre el «reciclaje químico», el cual es «de plástico a combustible» (quemar desechos plásticos en un incinerador y luego quemar lo producido otra vez como combustible), y la «de plástico a plástico» (usar una parte del plástico incinerado como materia prima para sustancias químicas o plástico nuevos). Independientemente de lo que se produzca al final del proceso, el proceso de pirólisis usado en el «reciclaje químico» es una tecnología de incineración muy contaminante que debe seguir adhiriéndose a las normas de la Ley de Aire Limpio que regulan la actividad de los incineradores.
Exigimos a la EPA y al Congreso:
- No eximir al «reciclaje químico» de las normas que aplican a la contaminación del aire. No reclasificar las tecnologías de «reciclaje químico» como «reciclaje» o «fabricación». No reclasificar los desechos plásticos como «residuos no sólidos».
- Ratificar que la pirólisis y gasificación que son parte del «reciclaje químico», seguirán clasificándose como incineración de residuos sólidos y, por ende, que estarán sujetas a los requisitos de la Ley de Aire Limpio.
- Aplicar a todas las plantas de «reciclaje químico» las normas de la Ley de Aire Limpio que regulan la actividad de los incineradores.
- Apoyar políticas que reduzcan la producción de plásticos y sus residuos.
Actúa
El convertir los desechos plásticos en residuos peligrosos y contaminación del aire, no es una solución para la crisis del plástico. Únete a EcoMadres para decirle «no» al lavado verde de la industria del plástico.
Firma nuestra petición: Exige a la EPA que proteja nuestras comunidades de la incineración de plásticos.
Octubre 2023