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Cuando recibí un correo electrónico con el asunto titulado, “UNA EPIDEMIA LATENTE DEL ENVENENAMIENTO POR MERCURIO DE SUS USOS MÁGICO-RELIGIOSAS Y ETNOMÉDICO EN COMUNIDADES LATINAS Y CARIBEÑAS,” sentí que la piel se me erizó.
Por un lado, me ofendió el uso de la palabra “mágico” para describir una costumbre religiosa de mi familia y de las comunidades dominicanas, puertorriqueñas y cubanas en los Estados Unidos. Pero por otro lado creo que el médico que envió el comunicado de prensa tenía la razón. La práctica de santería y el espiritísmo de derramar el azogue, o el mercurio, para alejar a los malos espíritus, es dañoso para la salud. Es dañoso no solamente para el que lo está derramando si no también para los que están a su alrededor en el presente y por muchos años.
Las prácticas de la santería, como la de consultar a un curandero, puede ser bueno. Yo he ido con un curandero para rezar por alguién o para que me enseñara el camino durante momentos difíciles en mi vida. También, creo que es sano tomar las hierbas que recomiendan. ¡La manzanilla, por ejemplo, siempre me quita los empachos!
Sin embargo, la santería también puede ser usada para hacer daño, por ejemplo, cuando alguién quiere vengarse y espera que algo malo le ocurra a otra persona. La práctica viene desde los tiempos de la esclavitud en el Caribe cuando los esclavos africanos con justa razón deseaban que algo malo le ocurriera a sus dueños españoles.
Algunos de las ofrendas a los santos, o orishas, también pueden ser malas. Mi abuela cubana, por ejemplo, mordía el tabaco como una ofrenda para los enfermos o muertos en nuestra familia. El derramar azogue, o mercurio, puede ser peor.
Está bien documentado que el mercurio, hasta en dosis pequeñas, puede permanecer mucho tiempo en el cuerpo y causar daño irreparable. Ésta es una de las razones por las que nuestra organización, Moms Clean Air Force, está pidiendo que las fábricas de carbón dejen de emitir mercurio en el aire. El mercurio puede causar muchos problemas de salud como retrasos cognitivos y problemas de aprendizaje en niños. También podemos mencionar los siguientes problemas:
• daño a los pulmones, los riñones y el sistema nervioso.
• sarpullidos en la piel, temblores de cuerpo, debilidad muscular, depresión y pérdida de memoria.
El mercurio no solamente se acumula en el cuerpo y la sangre por mucho tiempo, si no también es casi imposible eliminarlo. Muchas mujeres en algunos barrios – es el caso de aquellas que viven cerca de fábricas de carbón – tienen el mercurio en sus sangre y en sus leche materna…y está presente en los cuerpos de sus hijos.
Cuando se utiliza el azogue en las casas entonces se puede quedar décadas afectando a todos los residentes durante muchos años.
“Es muy sencillo para las madres, bebés y niños controlar el consumo de pescado que tenga metilmercurio. Pero no es posible controlar el mercurio que respiran por vivir en una casa contaminada de mercurio derivado de una ritual que fue practicada tal vez hace varias décadas”. –Dr. Arnold P. Wendroff del Proyecto del Envenenamiento de Mercurio.
¿Quién pensaría preguntarle a un agente de bienes raíces sobre el uso de mercurio en una casa hace varias décadas atrás? A mí no se me ocurrió.
La buena noticias es que nosotros que practicamos ciertas rituales de santería no las tenemos que abandonar. Hay alternativas al uso de azogue como se ha demostrado en un folleto repartido por el Dr. Wendroff:
• el rompe saraguey para la limpieza espiritual.
• hierbas como pasote, agua de florida, y bomba santera para alejar a los malos espíritus en la casa.
• agua de florida, tés, y aceites para tranquilizar los nervios y mejorar la digestión.
• tarjetas de oración como las de San Miguel Arcángel, Santa Cruz de Caravaca, una espada de San Miguel, o incienso y mirra para la protección personal.
• velas con fragrancias para atraer la buena suerte.
Muchas bodegas venden las velas con los santos o orishas. Cuando yo estaba estudiando en Boston, yo mantenía una vela de San Miguel Arcángel que compré en una bodega en Jamaica Plain – un vecindario de muchos dominicanos y puertorriqueños. Yo sé que estas velas se pueden encontrar en las farmacias y los supermercados en Lawrence, Massachusetts; Providence, Rhode Island; Bronx, Nueva York; y muchos otros vecindarios caribeños y latinos que sufren un mayor riesgo de ser envenenados por el uso de azogue.
En este sentido, agradezco al Dr. Wendroff por haber llamado la atención a un daño serio en nuestra comunidad.